Ubicado en el corazón de Allariz, Fio de liño, taberna gallega, nace en una antigua sastrería, en la que se respira tradición y memoria. Siguiendo estas premisas damos formas al nuevo proyecto para la futura expansión de la marca que pretende trasmitir, la tradición, el origen y el alma de Galicia, allí dónde tenga lugar cada nueva implantación.
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El acceso al local responde a las necesidades de normativas de accesibilidad, al mismo tiempo que genera una interesante aproximación al local reduciendo la escala de la fachada de la que forma parte y facilitando una entrada resguardada del exterior.
La solución, aporta el carácter y personalidad necesarios al conjunto del espacio físico de la marca a través de galería acristalada en contraste con la rotundidad de los paramentos de madera.
En el ámbito de acceso propiamente dicho se plantea el enriquecimiento ambiental mediante un cambio en la textura del muro medianero, aplicando una solución estilística amable que mantenga el diálogo corporativo con el cliente hasta su ingreso efectivo en el local.
Un espacio de socialización y de consumo rápido y espera de la sala posterior y que ésta se dilate relajadamente hacia la fachada aportándole carácter, comodidad y comunicación hacia el exterior.
El espacio se distribuye mediante mesas altas en las que se puede disfrutar tanto de un aperitivo previo al acceso al comedor como de un menú rápido en las mesas bajas o simplemente degustar las especialidades de la carta.
Dentro de la optimización de las zonas de recepción de público que se plantea, la barra es, sin duda, el elemento central donde confluyen funcionalidades internas y relación con el cliente, tanto en su reciente acceso al interior como desde la calle.
Para reforzar los valores que queremos trasmitir con los espacios jugamos con el uso de las tipografías. Utilizamos una tipografía de palo seco en el naming con la finalidad de reflejar con ella la modernidad y el presente frente a la tradición y la memoria que nos trasmite la tipografía gestual utilizada en el claim.
La identidad de marca se refuerza con un manifiesto que se convierte en un guiño a la Galicia interior, a sus tradiciones más ancestrales, a los bosques y leyendas.
Todo ello con la finalidad de aunar, tradición y presente en un espacio pensado para sentir la tierra.
En el ámbito de acceso propiamente dicho se plantea el enriquecimiento ambiental mediante un cambio en la textura del muro medianero, aplicando una solución estilística amable que mantenga el diálogo corporativo con el cliente hasta su ingreso efectivo en el local.
Un espacio de socialización y de consumo rápido y espera de la sala posterior y que ésta se dilate relajadamente hacia la fachada aportándole carácter, comodidad y comunicación hacia el exterior.
El espacio se distribuye mediante mesas altas en las que se puede disfrutar tanto de un aperitivo previo al acceso al comedor como de un menú rápido en las mesas bajas o simplemente degustar las especialidades de la carta.
Dentro de la optimización de las zonas de recepción de público que se plantea, la barra es, sin duda, el elemento central donde confluyen funcionalidades internas y relación con el cliente, tanto en su reciente acceso al interior como desde la calle.
Para reforzar los valores que queremos trasmitir con los espacios jugamos con el uso de las tipografías. Utilizamos una tipografía de palo seco en el naming con la finalidad de reflejar con ella la modernidad y el presente frente a la tradición y la memoria que nos trasmite la tipografía gestual utilizada en el claim.
La identidad de marca se refuerza con un manifiesto que se convierte en un guiño a la Galicia interior, a sus tradiciones más ancestrales, a los bosques y leyendas.
Todo ello con la finalidad de aunar, tradición y presente en un espacio pensado para sentir la tierra.
